El juego es una manera innata y natural de aprendizaje para el ser humano. A través del juego, la repetición y experimentación de aquello que pensamos, y observamos hacer a los demás, podemos ensayar el futuro. Los juegos de mesa nos permiten experimentar sin temor al fracaso, aprender por ensayo y error sin graves consecuencias por errar. No pasa nada por equivocarse jugando, pues es sólo un juego y en seguida podemos empezar una nueva partida, donde hacerlo mejor y poner en práctica todo lo aprendido anteriormente. En un juego entrenamos nuestras habilidades cognitivas como observación, atención, comprensión, memoria, planificación, organización, toma de decisiones, control de la conducta, gestión emocional, velocidad de procesamiento… Todas estas habilidades cognitivas son necesarias en cualquier actividad diaria y su nivel marca nuestra maduración cerebral. Un buen nivel en estas habilidades nos permite desenvolvernos eficazmente en cualquier situación cotidiana y nos permite gestionar mejor el aprendizaje de cualquier contenido e información.
El juego de mesa es por tanto una excelente herramienta aliada en los centros escolares. Si bien puede utilizarse directamente como material del que extraer un aprendizaje académico, consideramos que su mayor aportación reside en servirnos de todo su potencial lúdico para conseguir esta maduración en las habilidades cognitivas, proceso que siempre repercutirá en una mejora del desempeño académico.
OBJETIVOS DIDÁCTICOS
– Potenciar las relaciones sociales extra-tecnológicas.
– Atender a todos aquellos alumnos cuyas aficiones difieren a las deportivas.
– Propiciar un lugar de encuentro entre alumnos.
– Afianzar los conocimientos aprendidos.
– Trabajar las habilidades cognitivas.
– Fortalecer las funciones ejecutivas del cerebro.
– Crear una red social a través de los juegos de mesa.
– Ofrecer refuerzo o abordar aquellas dificultades de aprendizaje que difieren de lo curricular.
– Trabajar con alumnos de altas capacidades las habilidades sociales, toma de decisiones en equipo y debate a través de los juegos cooperativos.
– Respetar al adversario.
– Saber valorar y reconocer los logros tanto ajenos como propios.
EXPLICACIÓN DE LA ACTIVIDAD Y DE LAS ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS
Para realizar la actividad, nos reunimos en un aula del colegio y los propios participantes plantean grupos específicos para cada juego. Algún alumno que ya sepa jugar al juego, explica la dinámica del mismo a los demás integrantes. El profesor/monitor gestiona los grupos y algunas dudas, pudiendo incluirse dentro de algún grupo si se necesita un jugador adicional.
Durante el transcurso de la actividad, a medida que avanza el tiempo, las características del grupo van cambiando y los integrantes evolucionan, de modo que los juegos comienzan a ser más difíciles y las funciones ejecutivas se trabajan cada vez más. Toma de decisiones, planificación, flexibilidad cognitiva… Todos los alumnos, desde pequeños hasta mayores, trabajan a través del juego las diferentes mecánicas, estrategias y dinámicas que el juego les permite desarrollar, acorde a su nivel y, sobre todo, respetando las normas que las reglas exigen.